domingo, 6 de abril de 2008

Ironías de la vida

Este año decidí correr la media maratón de Madrid, al principio me lo tomé más o menos en serio y salía a correr, pero luego llegó la navidad y dejé de correr, y después, llegó el final del cuatrimestre y los examenes, así que entre estudiarn hacer prácticas, y no puedo olvidar el frío, dejé de salir a correr. Por esta razón, la semana pasada me planteé si debía correr la carrera sin preparación, ya que 21km no es cualquier tontería, pero después de sopesarlo decidí correrla. Estuve una hora el viernes haciendo cola en la Feria del Corredor para que me diesen mi dorsal. El sábado no salí para poder dormir bien y estar descansado, y todo esto para que al final me deje tirado el coche en la carretera de Toledo cuando me dirigía hacia Madrid.
En este momento ya me lo tomo un poco más con filosofía, aún así, me sigue molestando, ya que me apetecía correrlo y el año que viene quiero correrlo y además trataré de prepararlo.

1 comentario:

luisete dijo...

Finalizar una media maratón después de haber estado entrenando para ello es una sensación muy reconfortante. ¡Ánimo para el año que viene!(y ve en metro)